¿Cómo adecuar un texto digital a los distintos niveles de lectura?

autoría: Urtzi Barrenetxea Iparragirre, 

Según el patrón principal de lectura de textos digitales, la lectura es dinámica (abre en nueva ventana)y se muestra poca paciencia a la hora de navegar en busca de información. No obstante, además de visitantes que responden a ese perfil de lectura estándar y mayoritario, llegan a nuestras páginas web personas con comportamientos lectores de todo tipo. Podemos componer una gradación de tipos que va desde quien nos visita en apenas unos segundos hasta ese otro que quiere leer hasta la última palabra del último enlace que hemos dispuesto sobre un tema concreto.

Es posible redactar contenido que responda a los intereses de los diferentes perfiles de lectura; para ello, debemos tener en cuenta una serie de factores a la hora de escribir y diseñar textos digitales.

 

Antes de nada, deberíamos conocer los tipos de personas lectoras. Existen varios estudios sobre el tema, pero para este post nos basaremos en la clasificación definida en el libro The Psychology of the Internet (2015) de la escritora Patricia Wallace. Según este trabajo, los perfiles de lectura de textos digitales pueden clasificarse en 8 categorías.

Veamos cuáles son dichas categorías y cómo podemos adaptar el texto para responder a las necesidades de cada una de ellas.

  1. No le interesa nuestro contenido

A mucha gente que busca información en la red no le interesa la información de nuestra página web. Tanto desde los buscadores como desde el portal de la web, podemos ayudar a personas de este perfil a no acceder inútilmente a páginas concretas. Para ello, proponemos adoptar las siguientes medidas:

  • Promociona la web y los enlaces solo en los lugares relacionados con tu área.
  • Ofrece descripciones y palabras clave significativas para los dispositivos de búsqueda.
  • Escribe títulos precisos e informativos para que los enlaces sean eficaces.

 

  1. Solo lee los títulos

El título de la página web es la primera unidad de información que comunicamos. En gran medida, Internet se basa en los títulos, ya que a menudo es la única herramienta de la que disponemos para invitar a la lectura de nuestro contenido.

Por lo tanto, los títulos claros y significativos (abre en nueva ventana) de nuestros contenidos funcionan como filtro para distinguir a las personas receptoras que desean la información que ofrecemos de las que no muestran interés en el tema.

  1. Lee la primera línea

Si iniciamos la página web con una frase que defina la idea principal del contenido, respondemos a la necesidad de este tipo de lectura. Permite a quienes escanean o leen los contenidos con un interés superficial adquirir la idea principal del texto en un par de segundos.

Conviene también tener en cuenta que muchos buscadores, además del título, muestran una frase en sus resultados. Si esta frase es una síntesis del contenido, se convierte en el último filtro para gente que no tiene interés en el tema, ya que la leerá antes de acceder a la página web.

 

  1. Lee el primer párrafo

Resumir el contenido de todo el texto en el primer párrafo te permite influir durante unos segundos en las personas dispuestas a quedarse en tu página web, y convencerlas de que merece la pena su lectura. Sería una especie de acercamiento al contenido informativo que has preparado, una breve introducción compuesta por dos o tres frases. Una oportunidad única, por tanto, para llegar a quienes tienen un bajo grado de interés por el tema.

Lo ideal sería que estos párrafos comiencen con el resumen de una sola frase expuesto en el punto anterior.

 

  1. Lee los puntos principales de la página web

Si quieres satisfacer a este perfil de lectura, recurre a los títulos intermedios para resaltar los puntos principales del texto. Del mismo modo que los párrafos introductorios, los títulos intermedios deben ser informativos. Gran parte de las personas que acceden a tu página están predispuestas a otorgarle unos pocos segundos, así que no les hagas perder el tiempo con frases superficiales o títulos supuestamente originales que tengan un doble sentido.

A modo de índice, los títulos intermedios deben permitir a quien accede a nuestra página captar inmediatamente el contenido principal de la página, así como localizar con facilidad el apartado de la página web que le interesa.

 

  1. Lee los puntos secundarios

Los puntos secundarios definen y desarrollan los temas principales del contenido. Destacarlos facilita la labor de escaneo, con lo que mejoramos la comunicabilidad del texto en diferentes sentidos:

  • Con una lectura superficial se puede obtener fácilmente una imagen general del contenido.
  • Quienes buscan un punto concreto del contenido lo encuentran rápidamente.

Las principales técnicas para destacar los puntos secundarios son:

Lo más efectivo es combinar las tres técnicas. La negrita es el elemento que mejor facilita el escaneo; sin embargo, conviene emplearla con moderación y enfatizar palabras aisladas en lugar de frases completas. Por otro lado, situar la frase principal al comienzo de todos los párrafos puede resultar monótono, tanto para la lectura como para la propia redacción. Por último, cabe recordar que no todo párrafo puede estructurarse en forma de lista con viñetas.

  1. Se interesa por los detalles

Para satisfacer a las personas que tienen un nivel de interés elevado, debemos pulir el estilo de escritura. Si la información que presentamos se encuentra también en otros sitios, la clave pasa por que tu perspectiva y presentación resulten interesantes.

Es recomendable utilizar un estilo comprensible y grato: evitar la monotonía y darle un toque personal, estructurar los textos según el modelo de la pirámide invertida (abre en nueva ventana), y asegurarnos de que los títulos y los puntos secundarios no interrumpen la continuidad de la página.

 

  1. Desea toda la información disponible sobre el tema

También hay personas dispuestas a leer toda la información que se les ofrece sobre un tema concreto. Se puede decir que estas personas mantienen el patrón de lectura de los textos en formato papel. La estructura de la web nos ofrece un dispositivo adecuado para satisfacer este comportamiento: el hipertexto.

Ten en cuenta que todos los detalles que facilitamos sobre un tema citado en la página interesan a un número limitado de personas. Por consiguiente, no sobrecargues la página con toda la información de que dispones sobre los distintos puntos de un contenido; lo único que conseguirás de ese modo es que quien lo lea se enrede entre tanta información y pierda el interés por seguir leyendo.

Lo ideal es que en una página se presenten de forma general las áreas relativas a un tema y que la información más detallada y exhaustiva sobre cada una de estas áreas se traslade a otras páginas web a las que puedan dirigirse las personas que desean ahondar en dichos aspectos.

Conviene recordar que hay que situar los vínculos en zonas destacadas del documento. Por último, ten en cuenta que ofrecer enlaces externos dota de mayor credibilidad a nuestro sitio web y a los temas que aborda.

 

La clave para satisfacer todos estos perfiles de lector reside en disponer los contenidos de forma que vayan de lo más general a lo más concreto. De este modo, ofrecemos información de forma progresiva y cada persona decide cuándo se ha hecho una idea general del texto y puede abandonar la lectura, bien porque ya ha encontrado lo que deseaba, bien porque tiene claro que no se encuentra ahí lo que está buscando.

En definitiva, aplicar los criterios expuestos en este post exime a las personas lectoras de leer contenido que les resulte innecesario.